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Desecación de a Lagoa de Antela Durante la Dictadura

APROBACIÓN DE LA R.O DE 1956

En 1956 el Instituto nacional de Colonización tomó la iniciativa de llevar a cabo, por fin, el proyecto que tantas veces había fracasado. Es por ello que en 1956 el Régimen Franquista promulgó, amparada en la ley Cambo[1], una ley que declaraba de “alto interés nacional” las obras de desecación y saneamiento, así como, su posterior concentración parcelaria.[2]

En la R.O se menciona la incapacidad de los diversos concesionarios, que intentaron llevar a cabo el proyecto desde el año 1868. La orden recalca la necesidad de no desistir en su resolución ya que se necesita de esas tierras para elevar la producción y el nivel de vida del campo.

Los argumentos que se aportaban para justificar esta desecación eran los mismos que se aportaron durante el anterior siglo. Por una parte la obtención de nuevas tierras de labor, y por otra la eliminación de un foco insalubridad.[3] Argumento que Serafín Gonzalez rebate En el libro A memoria asolagada, rescatando las palabras de el médico titular de Xinzo en 1870:   “”Existía antes de terminarse la desecación de la Laguna de Antela (Lagoa de Antela) el paludismo y las fiebres tifoideas y parafíticas (…) Yo tuve hace 15 años un caso en un pueblo de 46 vecinos, 84 casos de fiebre tifoidea y aún no teníamos la cloromicetina (…) la causa era la fuente del pueblo” Por lo tanto el autor concluye que los culpables de esos males era la cruda realidar y el aislamiento que sufría la Limia, no la Laguna de Antela (Lagoa de Antela). [4]

En los artículos de la R.O se establecen las distintas fases en las que se va a llevar a cabo el proyecto[5]:

  • En el artículo 2 se establece que en el plazo de dos meses las direcciones de generales de obras hidráulicas y colonización deberán elaborar un propuesta de delimitación de los terrenos a desecar, en donde han de estar incluidos los terrenos incultos y pantanosos y los terrenos que tras haber sufrido alguna obra de desecación estaban dedicados al cultivo. En el artículo 3 se estipula que los propietarios de estos terrenos que puedan verse afectados cuentan con un plazo de 30 días para hacer una reclamación.
  • En el artículo 4 se establece que una vez recibidas las anteriores actuaciones, el Consejo de Ministros debe fijar la delimitación definitiva de la superficie de los terrenos a desecar, que pasaran a ser posesión del Estado según el artículo 5. El artículo 6 recoge que si alguna propiedad situada en dicha superficie perteneciera por derecho a una persona, el instituto nacional de colonización establecerá una indemnización correspondiente al valor de dicha propiedad.
  • En el artículo 8 se hace referencia a la redacción por parte del Instituto Nacional de colonización del Plan General de colonización de la superficie delimitada y se establece una enumeración de las obras que se han de llevar a cabo.
  • En el artículo 9 se estipula la creación de una comisión técnica mixta que establecerá el plazo para elaborar «el Plan Coordinado de Obras necesarias para el saneamiento y colonización de la superficie delimitada que incluyen:
  • Las características constructivas de las distintas obras
  • La determinación de las que corresponda construir a los servicios hidráulicos del Ministerio de Obras Públicas y al instituto nacional de colonización.
  • El oren y el ritmo al que deberán ajustarse los proyectos y ejecución de las obras.

 

FASES DE LA OBRA

El Instituto Nacional de Colonización encargó el proyecto a Francisco Zapata Tejedor.

“En junio de 1957 recibí el encargo de estudiar y redactar el referido proyecto por el Jefe de Estudios y Proyectos del Instituto Nacional de Colonización, con un plazo de dos meses…” A través de las palabras del propio ingeniero, se conoce la premura con la que le encargaron la realización de las obras. Un plazo de dos meses es sin duda un tiempo muy escaso para plantear un proyecto de una obra de semejante magnitud, y el propio Zapata Tejedor específica quiso hacer constar en su articulo que actuaron apremiados por el tiempo. [A]

En su artículo Tejedor hace referencia a los intentos previos de desecación que sufrió la laguna, y considera que a partir del siglo XIX los habitantes ya no estaban interesados en la exportación de sanguijuelas [B] sino en poder explotar las tierras que permanecían anegadas por la laguna.[C]

La obra se dividió en 3 fases:

  1. La primera fase en la que se llevarían a cabo las obras de saneamiento y desecación. Lo más importante en esta parte fue la creación de un canal que contaba con dos ramales en la cabecera de la laguna y que se utilizaban para drenar el espacio inundado. Para que se pudiera realizar la evacuación del agua drenada por el canal, éste se conectó en su terminación con el emisario de la Laguna , al cual se le aumento el cauce en 17 metros de anchura debido a que su estrechez impedía la circulación del agua. A su vez este canal emisario se entroncaba con el Río Limia, al que también se le confirió durante un tramo de 5 km de una sección de 34 metros de anchura para poder evacuar todo el caudal de agua.[D] [E]lagoa-antela-dictadura-franco-1
  1. La segunda fase consistía en la construcción de un sistema de regadío para hacer llegar el agua a las tierras que quedaron desecadas. Los autores del artículo “La desecación de la Laguna de Antela” consideran que esta segunda fase fue un fracaso y que supuso un sobrecoste.

“Las infraestructuras de desecación pronto evidenciaron deficiencias técnicas cuya resolución implicó un desorbitado sobrecoste de las obras, de modo que la inversión final superó con creces las previsiones iniciales y no quedaban fondos para acometer la segunda fase del Plan. No obstante, un grupo de propietarios integrado en la Comunidad de Regantes de la Zona de Antela instaló varias estaciones de bombeo a lo largo de los canales de drenaje de la laguna para llevar agua a presión a un pequeño sector de 600 hectáreas dentro del área desecada, que se riega por aspersión.”[F]

  1. La tercera fase consistía en la colonización de los terrenos desecados que habrían de ser acondicionados y parcelados para su puesta en cultivo. Consultando la prensa de la época , en este caso un breve artículo del periódico La Vanguardia, podemos saber que las obras comenzaron en el año 1958. También se explica brevemente las fases del proyecto.[G][H]
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    También a través de la búsqueda en la prensa de noticias relacionadas con la desecación nos damos cuenta de cómo en aquellos años esta obra se consideraba un proyecto necesario, en el artículo anterior extraído de La Vanguardia, vemos como ya en 1954 antes de la aprobación de la R.O para llevar a cabo la desecación, se considera que la obra de desecación sería una cosa esplendida que se estaba demorando demasiado. [I]

El anterior artículo de 1958, explica como la gente de Xinzo de Limia quería expresar la enorme gratitud que sentía hacia Franco por haber comenzado las obras de desecación de la Laguna.

[A] ZAPATA TEJEDOR, F.,Desecación y Saneamiento…op.cit,p.470

[B] El autor habla en su artículo del negocio que existía en el siglo XVIII de exportación de sanguijuelas. Menciona un artículo del diario ABC, escrito por García Bayón en el que habla del interés de los franceses por estas sanguijelas, a las que usaban para realizar sangrías.

[C] ZAPATA TEJEDOR, F., Desecación y Saneamiento…op.cit,p p.465

[D] SOTO

[E] Plan del desagüe de la Laguna de Antela realizado por Zapata Tejedor

 

[F] SOTO, M. F., GARCÍA, A. F., CUESTA, G. F., & PRIETO, J. R. F. La desecación de… op.cit.,p.301

[G] Artículo del 18/09/1958 extraído de La Vanguardia.

[H] Artículo del 06/11/1954 extraído de La Vanguardia

[I] Artículo del 21/09/1958 extraído de La Vanguardia

[1] Esta ley

[2] MARTÍNEZ CARNEIRO, X.L. Antela, a memoria…op.cit, p.79

[3] MARTÍNEZ CARNEIRO, X.L. Antela, a memoria…op.cit, p.299

[4] Ibidem

[5] 1956-27-12 (BOE). Ley del 27 de diciembre de 1956 sobre saneamiento y colonización de la Laguna de Antela, sita en la provincia de Orense.

5,6,7 Intentos de Desecación de A Lagoa de Antela

INTENTOS DE DESECACIÓN DE LA LAGUNA DE ANTELA – Lagoa de Antela

Tercer y Cuarto intento de desecación

5)  STONE Y FREEMAN

En 1874 según aparece establecido en la Gaceta de Madrid el 26 de diciembre de 1874 que las obras pasan a manos de Stone y Freeman, quedando los hermanos Mugártegui e Iscar Sáez subrogados de todos los derechos y obligaciones en cuanto a la realización de las obras : “…los concesionarios han transferido la expresada autorización a favor de los Sres. Jhon H. Stone y Richard Henry Freeman, súbditos ingleses que residen en la ciudad de Santiago”

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La consecución de la obra por parte de Stone y Freeman sufrió las misma suerte que todos los intentos anteriores. Después de solicitar un total de seis prorrogas, y ante las presiones que ejercía la población se vieron obligados a desistir en su cometido, y con la Real Orden del 20 de junio de 1890 se establece la caducidad de la concesión que se le había otorgado para el “desagüe y saneamiento de la Laguna de Antela.

6) CONDE VALVÍS

En 1937 apareció el proyecto realizado por Conde Valvís que fue aprobado por el Congreso Nacional de Servicios Técnicos de Falange. Sin embargo el proyecto nunca se llevó a cabo, el propio conde Valvís lo explicaba de esta manera:

“Con los datos recogidos sobre el terreno de las obras realizadas por los romanos, y más que otra cosa, a título de curiosidad esbozamos un anteproyecto de desecación. Sin embargo Conde Valvís apunta que después de muchas esperanzas en la realización de la obra de dicho desagüe fueron abandonadas por el Estado: “fuimos encargados para proyectar unos galpones, junto al puente de la carretera general, a fin de alojar en ellos 600 hombres que enviarían inmediatamente. No volvieron a dar señales de vida”

7)  AGRÍCOLA DE ANTELA S.A

En el año 1949 como apunta Zapata Tejedor surgió “Agrícola de Antela S.A” con la finalidad de desecar la Laguna, pero las dificultades internas y la tramitación de la concesión provocó que de nuevo no se llevara a cabo el proyecto.

 

Tercer y Cuarto intento de desecación de la Laguna de Antela

INTENTOS DE DESECACIÓN DE LA LAGUNA DE ANTELA – Lagoa de Antela

3) LOS HERMANOS MUGÁRTEGUI

Ver segundo intento de desecación

A pesar del fracaso del proyecto anterior, el 25 de febrero de 1854, los hermanos Mugártegui a través de una instancia solicitan permiso para desecar la Laguna de Antela. Su proyecto estaba muy bien elaborado y argumentado, incluso estaba establecido el presupuesto. Consideraban que este proyecto sólo traería beneficios a la gente de la comarca, proporcionaría pan y trabajo a mucha gente necesitada. Sus argumentos estaban en consonancia con lo de Toubes y Pelayo Cuesta, definían a la laguna como un terreno lagunoso y malsano que evitaba el crecimiento de una de las regiones más productivas de España.

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Los vecinos, sin embargo, no parecían estar conformes con los supuestos beneficios que traería consigo la desecación de la Laguna, y el 27 de marzo presentaron una instancia colectiva firmada por 300 cabezas de familia de los municipios de Porqueira, Rairiz de Veiga, Sandiás, Sarreaus, Vilar de Barrio y Vilar de Santos. En él mostraban su oposición a la obra y pedían que se le denegara el permiso para llevarla a cabo.

La oposición de estos vecinos, para quienes la laguna era fundamental para desarrollar las labores –principalmente la ganadería- que eran la forma de sustento de muchas familias, obligó al ayuntamiento a posicionarse a favor de los vecinos y en contra del proyecto de los Mugártegui.

Los vecinos con el objetivo de frenar el proyecto comenzaron a adquirir terrenos colindantes con la laguna. Según Rico Boquete “las compras afectaron a diecisiete parcelas que se extendían por una superficie superior a las 3200 ha y cuya denominación siempre incluía los términos “lagoa”, “veiga” o “braña”.

4) ISCAR DÍAZ

A pesar de las protestas de los vecinos, comenzaron a surgirle competidores a los Mugártegui, que pretendían hacerse con la concesión de la obra de desecación: Guillermo Partington y José Joaquín Figueras, los señores Juan Sabugo y Victoriano Moto, pero ninguna de estas solicitudes recibió atención. No ocurrió lo mismo con la solicitud de Toribio Iscar Sáez, su proyecto fue muy bien considerado por la Junta Provincial de Agricultura, lo que provocó que a pesar de la reticencia inicial de los Mugártegui a colaborar con Iscar Sáez terminaran por crear una empresa conjunta para llevar a cabo el proyecto.

Con el Real Decreto de 15/04/1868 publicado en la Gaceta de Madrid los hermanos Mugártegui e Iscar Sáez obtienen la concesión para la desecación de la Laguna.

En el artículo 3 se estipulaba que la empresa se haría con la propiedad de los terrenos saneados en el proceso de desecación, terrenos que podrían ser cultivados, exceptuando 5% de las tierras que serían de aprovechamiento común para los pueblos contiguos a la laguna. En el artículo 4 se establece que se deberá abonar a los pueblos o particulares las cantidades establecidas en las leyes de desamortización. En el artículo 6 se exigía como garantía que un plazo de 15 días se abonara el 1% del presupuesto de las obras. En el artículo 7 se establecía la obligación de la empresa de a construir una Granja-escuela ocupando 10 hectáreas. En el artículo 8 se explica que las obras estarán supervisadas por el Ingeniero Jefe de la provincia y que deben comenzar en el plazo de un año y han de terminarse en cuatro años. Una vez terminadas las obras, será la Dirección general de obras públicas la encargada de realizar un reconocimiento especial.

Finalmente las obras fueron paralizada, Zapata Tejedor considera que fueron las protestas de los vecinos, que opusieron resistencia a que las obras de desecación se llevarán a cabo, junto a motivos políticos, lo que provocó que se abandonarán las labores de desagüe. [3]

 

Segundo intento de desecación de la Laguna de Antela

INTENTOS DE DESECACIÓN DE LA LAGUNA DE ANTELA – Lagoa de Antela

Primer intento de desecación aquí

2) JUSTO PELAYO CUESTA

EN 1848 LA R.O del Ministerio de Comercio Instrucción y Obras Públicas dispuso que se llevaría a cabo un reconocimiento de la Laguna, con la idea de establecer un presupuesto para desecarla, se pretendía convertirla en una zona productiva para su uso agrícola. Para las obras de desagüe la Administración intentó atraer el interés de empresas particulares apelando a los beneficios que se conseguirían con la obra y a las ayudas que se concederían.

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En 1850 Justo Pelayo Cuesta solicitó a través de un escrito a la Reina, los permisos para llevar a cabo las tareas de desecación de la laguna. En su solicitud explicaba las causas por las que consideraba que el proyecto de Toubes había fallado y presentaba la obra de desecación de la laguna como una tarea fácil, además se comprometía a asumir todos los costes a cambio de que se le concedieran todo el terreno que ocupaba la Laguna de Antela una vez quedará seco.

En 1850 a través de la R.O de 17 de junio se le concedía a Pelayo Cuesta una autorización provisional para el desagüe, con la condición de que en un plazo de dos meses aportase la fianza establecida. Sin embargo Pelayo Cuesta incumplió todos los plazos establecidos, argumentando que había surgido una alarma entre los empresarios debido a las protestas llevadas a cabo por los vecinos que mostraban su oposición a las obras de desecación.

Sin embargo Pelayo Cuesta seguía mostrándose comprometido con el proyecto y aseguraba que contaba con el apoyo de hombres de negocios, los Sres Partington y Edwards. Rico Boquete señala que es la presencia de estos socios es lo que hace que la obra adquiera un carácter de empresa capitalista.

Finalmente las sucesivas prorrogas que solicitaba Pelayo Cuesta y sus constantes incumplimientos de plazos, provocaron que un nuevo aspirante a empresario, Liberto Malagamba solicitara que le fuese retirada la autorización a Pelayo Cuesta y concedida a él. Finalmente el Consejo Real retiró la concesión a Pelayo Cuesta pero también desestimo la petición de Malagamba.

Intentos de desecación de la Laguna de antela – 1er Intento

INTENTOS DE DESECACIÓN DE LA LAGUNA DE ANTELA – Lagoa de Antela

A lo largo del siglo XIX van surgiendo proyectos que tienen como finalidad la desecación de la laguna de Antela (Lagoa de Antela). Como apunta Rico Boquete, los humedales eran descritos por la literatura de la época como lugares insalubres, que eran los causantes de diversos males, entre ellos el paludismo(La RAE define el paludismo como: Enfermedad febril producida por un protozoo, y transmitida al hombre por la picadura de mosquitos anofeles), en la población de los alrededores. Además de los supuestos problemas de salud que causaba, se consideraba su existencia inútil, sobre todo en una época en la que se daba suma importancia a la necesidad de extender los terrenos para poder aumentar la producción. Y la Laguna era considerado un espacio improductivo, ya que no podía sacársele ningún provecho desde el punto de vista agrícola.

En 1765 la Real academia de agricultores del Reino de Galicia recibe un primer proyecto planteado por el abad de Covelas, D. Pedro Gonzalez de Ulloa para desecar la Laguna

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1) JUAN TOUBES

En 1827 se produce el primer intento de desecar la Laguna de Antela, encabezado por el corregidor de Xinzo de Limia don Juan Toubes, a través de una Real Orden dictada por la Corona Española que consideraba necesario que las tierras ocupadas por la laguna fueran desecadas para poder cultivarlas. Para poner en marcha la obra se estipulaba que la financiación inicial debía de llegar del Estado y complementarse con prestaciones personales. Finalmente, y aunque se habían llevado a cabo algunas obras de drenaje, el intento resulto fallido y la obra fue abandonada.

Madoz describe las obras llevadas a cabo de este modo

“Para evitar tantos daños el Señor Julian Touves, corregidor de la v. De Ginzo en 1825, concibió el pensamiento del desagüe de la espresada laguna y al efecto se dedicó a reconocerla detenidamente y calculó el beneficio que recibiría la agricultura convirtiéndose en terreno de labradío y de primera calidad lo que no son más que inútiles juncales (…) Se construyeron 17,000 varas del nuevo cauce, dándole 16 de ancho y la profundidad que exija el nivel con respecto al nacimiento de las aguas: se comenzó a romper el peñaseal del puente Linares. Y á pesar de hallarse los trabajos incompletos, el agua corre libremente arrastrando en las crecientes la arena hasta el punto de ir cegando los pozos y cavidades que hay bajo el mencionado puente, donde antes hacían mucha pesca los vecinos de Guin y Santiago de Ribero: y los ganados pastan en todo tiempo, donde anteriormente no se conocían sino cenagales y pantanos”

En 1831 Juan Manuel Bedoya escribió un alegato explicando la vital importancia de realizar las obras de desecación de la laguna. Se refería a la Lagoa de Antela como la “fatal laguna” y exponía, entre otras cosas, los supuestos males que causaba a la salud de sus habitantes.

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Describe a la Limia como una tierra fértil, de la que se podría obtener gran beneficio y riqueza, de no ser por lo que el considera su mayor obstáculo, la laguna de Antela:

“La naturaleza dio a la Limia todos los elementos para su riqueza y bien estar. Una población robusta frugal y laboriosa: un suelo pingüe y fértil: un temple suave y saludable: un horizonte extenso: un cielo despejado. Tantas ventajas naturales reclaman altamente los auxilios del arte para remover el único obstáculo que hace siglos se opone a su opulencia. Este es el grande y pestilente charco de la laguna de Antela, enemigo declarado de la industria agrícola de la granjería pecuaria y de la misma humanidad”

“Dentro de la laguna hay crecidos juncos algas espadañas carrizos y otros herbages palustres con que se hace más turbio y desagradable el aspecto de unas aguas verdosas y enlodadas sin perceptible agitación. Con las sustancias vegetales y animales que allí nacen y mueren y se pudren y corrompen, adquieren un hedor y sabor ingrato aun para los ganados que pastan en sus márgenes: despiden vapores fétidos y mortíferos que vician el ambiente, y con el calor del sol en el verano esparcen por la atmósfera una nube inmensa de zumbadores cínifes que mortifican de día y de noche, y no cabe los haya en parte alguna tantos ni tan enconosos y sañudos (…) Por el verano acude a bandadas la laguna mucha variedad de aves acuáticas… que con poquísimo provecho distraen de sus más precisas labores á los que se dan a perseguirlas ”

Atendiendo a las palabras escritas por el canónigo Bedoya, se puede deducir la opinión que para muchos tenía en aquella época la Laguna. Además de mostrarla como impedimento para que se llevase a cabo una agricultura productiva, la representa como un pozo lleno de hierbajos e insectos. Como señalábamos antes, Bedoya esgrime los mismos argumentos que otros de sus contemporáneos, como el caso de Pascual Madoz, que describe a la laguna de una forma muy similar al canónigo Bedoya:

“Son muy graves los males que pesan sobre la población vecina al lago: la agricultura pierde a una y otra orilla pingues terrenos que sofocados por la humedad, solo dan alguna yerba floja en los meses del estío; su influencia en las afecciones atmosféricas es tal, que contribuye visiblemente a los hielos y a las nieblas frías que desvigorizan y consumen los cereales”

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