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Consecuencias de la desecación de la Laguna

 

La desecación de la Lagoa de Antela supuso la destrucción de una zona de gran valor ecológico, con su desaparición también se perdió el hábitat natural de muchas especies vegetales y animales.

La vegetación autóctona fue destruida o quemada con el propósito de obtener nuevos terrenos para el cultivo, se produjo una desforestación para facilitar la explotación de los nuevos terrenos.

Se implantó una agricultura intensiva, destinada al cultivo de patata, ya que es un tubérculo que se desarrolla bien en los suelos arenosos. Las obras de desecación provocaron un empobrecimiento edáfico que obligaba al uso indiscriminado de fertilizantes que bajaban la calidad de las cosechas a la vez que provocaban un coste agrícola, lo que suponía la pérdida de valor de los productos limianos en el mercado.

A este problema se le añadía el de la sequedad de los suelos, el Estado no llego a completar su plan inicial de regadío y fueron los propios agricultores los que tuvieron que ponerse de acuerdo para crear un sistema de riego que han ido mejorando a lo largo de los años.

En un artículo del año 1968, extraído de La Vanguardia se analiza el fracaso del proyecto. Se explica cómo las aspiraciones iniciales no se cumplieron, y cómo las cantidades que se gastaron en el proyecto superan con creces a los presupuestos previos:

“Los suelos no fueron analizados. Se esperaban tierras actas para ciertos cultivos y aconteció lo contrario. Los suelos necesitaban agua y ha sido necesaria la instalación de formidables sistemas de irrigación. Se han gastado hasta la fecha más de 180 millones de pesetas y se reclaman fuertes desembolsos (…) No han salido las cosas como soñaba don Cirilo Canovas, ex ministro de agricultura e ingeniero agrónomo. Hasta ahora se han regado doscientas hectáreas y el agua no llega para abastecer tan extenso ciercundo. Y para ello habría que construir una presa en el río Arnoya. Este proyecto posterior al primitivo plan vienen a encarecer todavía más el coste de las obras. Por Obras Públicas serían seiscientos millones más, que sumados a las nuevas inversiones de Colonización representaría una cantidad aproximada de mil millones de pesetas”